sábado, 28 de marzo de 2015

La Trilogía Marciana y el Materialismo Histórico

"- ¡Ustedes no harán más que repetir la catastrofe socialista!
- No juzgues tan a la ligera ese periodo -replico Vlad-. Los países socialistas estaban amenazados por el capitalismo exterior y la corrupción interior, y no hay sistema capaz de sobrevivir a eso. No hay que tirar al bebé socialista con el agua del baño estalinista, o perderemos muchos conceptos que necesitamos. La Tierra está en manos del poder que derrotó al socialismo, y ese poder es una jerarquía irracional y destructiva. ¿Cómo podemos tratar con él sin que nos aplaste? Tenemos que buscar la solución donde sea, incluso en los sistemas que el presente orden de cosas derrotó"
Kim Stanley Robinson, Marte Verde

En este fragmento de la Trilogía Marciana, en concreto de su segundo volumen, se pone de manifiesto lo que mencionábamos en el último Podcast (enlace aquí) y que propugna Kim Stanley Robinson a través de su personaje Vlad Taneev: no se puede desdeñar las alternativas políticas disidentes sólo porque el aparato ideológico de la doctrina dominante las anule. Esto trae a colación un término que señalamos en Podcaliptus Bonbon y en el que no pudimos profundizar en el programa, el de "materialismo histórico", cuyo principal teorizador se considera que fue Karl Marx.

Con semejantes barbas teorizas algo pero fijo,
aunque sea una teoría pequeñica

Hay figuras históricas que no plantean aparentemente incomodidades ante su nombre. Por ejempo, Winston Churchill es una figura habitualmente citada con admiración -hace pocos días de este artículo por la política española Rosa Díez-, porque se suele desconocer, o se obvia, que es una persona que defendió la posibilidad de gasear a los indígenas en las colonias británicas. Por contra, Marx es, habitualmente, visto con desconfianza a día de hoy. Es posible que la mayoría de la gente al oír su nombre, evoque desfiles militares de la Unión Soviética, Gulags, tanques en Praga o cosas peores. De hecho, esta es en gran medida una imagen construida por el aparato ideológico de los dos bloques principales de la Guerra Fría. Los soviéticos trataron de propugnar ser los únicos y verdaderos herederos de Marx, mientras que los teóricos del bloque occidental, al unir su nombre ineludiblemente al de la política rusa de aquellos años, han contribuido a desprestigiar su obra como válida como elemento alternativo del sistema imperante.

En realidad, hay muchos tópicos falsos alrededor del autor alemán. Por ejemplo, fallecido en 1883, nunca conoció la Unión Soviética, de cuyos orígenes le separaron prácticamente 35 años. Ni siquiera fue el inventor del comunismo, como se piensa generalmente, pues era un movimiento que ya había nacido cuando Marx se adscribió a él. Por otro lado, hay dos ámbitos fundamentales en su obra, la de teoría política y la de investigador social, las cuales, aunque están relacionadas en su obra -y desde algunos ámbitos ideológicos se buscan unir indisolublemente-, constituyen elementos diferenciados que han dejado un legado teórico separado. Así, el primero tiene como núcleo la lucha de clases y el advenimiento del comunismo como sistema político, mientras que el segundo trata de describir el funcionamiento de la sociedad sirviéndose fundamentalmente del instrumento de análisis con el nombre, como ya señalábamos, de materialismo histórico -término que es el que se ha asentado, aunque él no lo bautizó de esta manera-. Dejando de lado en este artículo la primera esfera marxista, la de acción política, me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿es el materialismo histórico una herramienta útil para interpretar la sociedad?

El marco teórico del materialismo histórico se estableció por nuestro escritor, en colaboración con el en general obviado Friedrich Engels, en dos obras principalmente: "La Ideología Alemana" de 1846 y en el prólogo a la "Contribución a la Crítica de la Economía Política" del 1859. Apoyándose en autores previos como, por ejemplo, Feuerbach, llega a la conclusión de que son los medios materiales de la sociedad (actividad económica, sistemas de producción) los que determinan los aspectos ideológicos -también conocidos como "superestructura" de la misma (engranaje político, sistema judicial, incluso los aspectos culturales). En la mencionada obra de 1859, lo expresaba así: "El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia (...) No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la determina su conciencia".

Esta herramienta de conocimiento social no parece absurda teniendo en cuenta el mundo que nos rodea. En el mundo denominado equivocadamente "desarrollado", nos encontramos con una estructura capitalista basada en la producción y demanda masiva de productos elaborados. Estos objetos de consumo, en un gran porcentaje, no son indispensables para la vida, sino que se basan en parámetros de prestigio social los cuales, a su vez, son construidos en gran medida por medios publicitarios y propagandísticos (sólo hay que ver unos cuantos anuncios televisivos o expuestos en las marquesinas urbanas para ser conscientes de ello), lo que es explicado precisamente por el materialismo histórico. Esto no tiene nada que ver con la búsqueda del advenimiento del comunismo o la dictadura del proletariado, es un elemento de investigación político-social -no la única- que parece funcionar. Es por ello por lo que historiadores de enorme prestigio utilizaron o utilizan esta herramienta "marxista" para realizar su trabajo, como los surgidos a la sombra de la revista británica Past and Present (como Eric Hobsbawn o el arqueólogo Gordon Childe, mencionado -en un detalle gracioso- como un defensor de nuevas teorías en la película Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal) o de cierta historiografía en Francia (con autores como Albert Soboul o Pierre Vilar.
Bebe Coca-Cola y se guay. Pero ojo con las perlitas,
¡que te suspende Pablo Iglesias!
En conclusión, gran parte de la obra de Marx es válida como sistema de análisis social; de este modo, su uso no tiene nada que ver per se con la persecución de fines políticos represivos como los que instauró la Unión Soviética, pero a su vez, puede ayudarnos a construir un mundo mejor -como el que se presenta en la "Trilogía Marciana" en la medida en la que nos puede ayudar -junto con otros elementos de análisis social- a encontrar los problemas que afectan al sistema en el que estamos imbuidos y que trata de anular cualquier alternativa.

lunes, 16 de marzo de 2015

¡Perseguido en los recreativos! Smash TV y Nitro Ball


Para l@s que fuisteis oyentes de nuestro último capítulo de "Podcaliptus Bonbón" (enlace aquí) dedicado a Stephen King, oiríais como hablamos de ciertos títulos videojueguiles relacionados en mayor o menor medida con la obra del autor estadounidense. Como mis datos de memoria andan un poco trastocados, olvidé comentar dos que se desarrollaron exclusivamente para máquina arcade y que os pueden resultar curiosos. Su punto en contacto con King es bastante indirecto, pero no deja de estar ahí, pues estos programas parecen estar inspirados claramente en la peli de "The Running Man", protagonizada por el (ex)Gobernator y que, a su vez, está basada en el libro homónimo del famoso escritor. Como en la peli, en ambos juegos nos encontramos con un programa de televisión consistente en un concursante que se defiende de enemigos que tratan de acabar con su vida, intentando llegar al final para ganar mucha mucha pasta. El primero, Smash TV, fue desarrollado por la empresa estadounidense Data East en 1990 y aparte de la premisa, los puntos en común con el film son evidentes. Por ejemplo, tenemos un locutor guasón, en la más clara línea del Killian de la peli, alentando a la masa con sus exclamaciones en  proporción directa con la destrucción provocada en pantalla. El sistema de juego es simple pero efectivo, propio de un arcade, pues desde una visión superior se acaba con hordas y hordas de enemigos que tratan de alcanzarnos para acabar con nosotros; al final de la fase, un final boss ciclado nos hará frente. De hecho, como comentamos en el podcast, la propia película tiene una estructura muy videojueguil, con unos gigantones (Sub-Zero, Dynamo, Fireball y compañía) que de tanto en cuanto-inconscientemente- se ponen en el camino del Chuache. Este no lo probé en su época, pero en la actualidad aunque parece tener una dinámica divertida es difícilmente jugable, pues se desarrolló para disparar con un segundo mando que permitía manejar la dirección del disparo independientemente del movimiento del personaje, pero al no poder usar un segundo stick en emulador, los botones provocan un lío tremendo para dirigir el tiro, lo que lo lastra bastante para pasar alguna tarde divertida con algún/a amig@. De hecho, es mucho menos confuso usar el teclado. Ahora, lo que no le falta es gore: desmenbramíentos y sangre a paletadas van a adornar nuestras pantallas, así que los fans de Peter Jackson pre-Señor de los Anillos pueden estar de enhorabuena...

¡Mejor que el Precio Justo, oigan!
¡A jugar!
Es de esos casos en los que dialogar no parece una opción

El segundo, Nitro Ball, es más raruno pero a día de hoy, en mi opinión, más divertido. Salió un año después que Smash-TV por la japonesa Data East. Claramente sigue la línea de "The Running Man" o por lo menos del juego señalado de Midway, que parece tuvo cierto éxito en la época. De nuevo concurso con prota perseguido al que quieren matar y locutor animador con grititos (en esta ocasión sólo presentando las fases), pero además, en un giro extraño de estos que suelen meter los japoneses, lo mezclan con pinball. Así, los escenarios tienen elementos de estos juegos, como fichas que se pueden derribar formando letras, círculos que suenan cuando se les acierta, pero -lo más ido de olla de todo- la posibilidad al coger ciertos items que permiten que nuestro personaje se convierta en la clásica bola de acero de los pinballs ¿? y rebotando por aquí y por allá, les de candela a nuestros enemigos. Este sí que lo jugué en su época, gastándome dinerico con otro amiguete y ya por aquellos años noventa nos gustaba bastante, pero ha sido un placer retomarlo ahora. Es divertido, corto, no excesivamente difícil y, a diferencia de Smash TV, no da problemas a la hora de jugar con un mando estándar, así que puede ser una buena idea para un ratillo en casa -mejor con dos jugadores, desde luego- vía emulador como mame, por ejemplo.

La lista de premios de Nitro-Ball. La casa no sé si será en Torrevieja
¿Pinball y The Running Man? Claro, ¿"pa" qué elegir? 

Bueno, con estos dos juegos completamos el análisis de programas relacionados, en mayor o menor medida como decíamos, con la obra de Stephen King. En este caso concreto en el formato máquina de arcade. Esperamos que haya resultado de interés y que, en caso de oírlo, os gustara el podcast. ¡Hasta pronto!

sábado, 7 de marzo de 2015

Das Millionenspiel

¡Lo prometido es deuda, amigas y amigos! Comentamos en el programa que os haríamos llegar una breve reseña sobre Das Millionenspiel y aquí está :D En primer lugar, decir que la película sólo se puede conseguir en alemán. Yo tuve suerte de estudiarlo y vivir un tiempo por tierras germanas, pero que nadie se preocupe, Angela Merkel y sus políticas van a conseguir que todos en Europa hablen alemán en un tiempo record, así que ningún problema.
 
Corría el año 1970, con una Europa dividida en dos bloques, separación que tenía plasmación física dentro de Alemania, partida en la RDA y en la RFA. Es en esta última donde se decidió adaptar el relato de Robert Sheckley de 1958, "The Prize of  Peril" a formato televisivo con el título de "Das Millionenspiel". Si el texto tiene paralelismos con "The Running Man" de Stephen King, la película homónima del Gobernator Schwarzenegger también recuerda al producto alemán que estamos tratando, por lo que todos los fans del libro de King o de su versión fílmica pueden acercarse a "Das Millionenspiel" con interés.
 
Visualmente, la película es heredera de su época, evidentemente. Trajes con solapas imposibles, patillas, discretos complementos masculinos como anillacos y collares dorados, o peinados de volumenes imposibles para las féminas están a la orden del día, asi como evidentemente todo quisqui (hombre) le da pero bien a la nicotina. Sin embargo no se hace pesada de ver en este aspecto, e incluso habrá cosas que nos harán gracia, como los bailes que salen en el plató del concurso televisimo, que nos recordarán a los que ya vamos peinando alguna cana al estilo que dominaba en los primeros años de Tele 5, por ejemplo.
 
Sin embargo, el punto fuerte de la peli es el mismo que en el relato de Sheckley o en el libro de Stephen King (esté último más profundamente y con otras temáticas, como decíamos en el podcast): la crítica a una sociedad superficial e idiotizada que es capaz, por el simple entretenimiento, de asistir y jalear espectáculos absurdos y brutales, como en este caso, la caza de un hombre. La premisa de la película es la misma que en el relato, siendo básicamente fiel al mismo, con pequeños cambios (como el del escenario final), que no afectan al resultado o a la conclusión. En definitiva, un hombre arriesga su vida para ganar dinero, mientras otros tratan de acabar con él a tiro limpio. Así, pues, queda perfectamente reflejado como los medios de comunicación dejan de lado todo condicionante moral para sacar beneficio. ¿Exagerado? Bueno, sólo hay que darse una vuelta por determinadas parrillas televisivas para ver que no tanto, por no mencionar el hecho de que espectáculos brutales y detestables, que implican sangre y tortura, como las corridas de toros o los encierros siguen siendo espectáculos promovidos por la administración pública y seguidos por una parte -esperemos que cada vez menos- de nuestra población. En este sentido, es interesante como uno de los concursos previos al que se presenta el protagonista (en el relato, no en la película), antes del concurso final se llama "Matador!", consistente en asesinar a un toro a cambio de parné. Por lo tanto, prácticas brutales como las que se denuncian en "The Prize of Peril" y en "Das Millionenspiel" no están tan alejadas de nosotros como podemos pensar y, mientras nosotros nos "entretenemos" con lo ofrecido por el sistema, no criticamos las carencias del mismo.
 
Por lo que respecta al ritmo y a las actuaciones, están muy bien. La peli no se hace pesada en ningún momento y los actores cumplen sobradamente (mención especial para el presentador del show televisivo, quien fue también presentador real en la televisión alemana). Las escenas de acción están bien resueltas para la época y los medios disponibles, y tampoco uno sale de la película por este aspecto.
 
En conclusión, nos encontramos ante una pequeña curiosidad, entretenida y bien valorada por los que la han visto (puntuación de 8 en IMDb), relacionada con otros productos artísticos, así como con autores como King, algo que ya comentamos en Podcaliptus Bonbon, y que aborda temáticas sociales propias de la cienci-ficción que nos afectan. Para terminar, señalar que en Alemania mucha gente se pensó que el espectáculo que describe la película era real y hubo unos cuantos que escribieron ofreciéndose como concursantes o como cazadores, lo cual nos lleva a la pregunta que nos arrojan a la cara todos estos productos: ¿vivimos en una sociedad enferma?


Curro disfrutando de otra obra de Sheckley
y relamiendose de gusto ante los temas abordados

 
Tambíen os dejamos el enlace sobre Das Millionenspiel en IMDb, tal vez os resulte de interés, así como la bibliografía en castellano de Sheckley en la maravillosa Tercera Fundación: